TUVE DOS OPCIONES: VIVIR O MORIR
Daniel es un chico de veinte años que, junto a su madre y hermano, luchó por sobrevivir en un país devastado por divergencias sociales. Durante un paseo familiar, supuestamente seguro y tranquilo, lo dejan morir ahogado sin que nadie lo ayude. Tras su pronta e inesperada partida, su madre decide emigrar y tratar de olvidar el pasado que tanto daño le causa. Atormentada por el sufrimiento y envenenada por el odio, sigue luchando hasta que una terrible enfermedad la sorprende. Sin saber qué le sucede, avanza con la única arma que tiene: su fe.
Es diagnosticada con el síndrome de Guillain-Barré, queda cuadripléjica y es abandonada en Perú con la única compañía de un desconocido. Al borde de la muerte, se reúne con su hijo Daniel, quien, en una noche de terrible sufrimiento físico, logra devolverla a la vida.
Su mundo se transforma por completo y comienza a cuestionar la existencia, creyendo tener una maldición que la consume y condiciona su vida. Sin dejar de amar a Dios, y sin encontrar explicación a los sucesos desafortunados que ha vivido, busca respuestas hasta hallarlas.
